martes, 11 de mayo de 2010

EL DIÁMETRO, EL CUADRANTE Y EL DECANATO - en you tube -


CAPÍTULO III

EL DIÁMETRO, EL CUADRANTE

Para la prosecución de este material, será necesario un breve repaso del Espectro Genérico.
El zodíaco no es simplemente un “cinturón”; es una emanación de cualidades vibratorias que comienzan en el primer grado de Aries, signo cardinal de fuego; este punto es, abstractamente, la iniciación de la circunferencia de la rueda vibratoria de la ciencia astrológica. Este punto es la objetivación - encarnación - de las potencialidades inherentes en el punto central del círculo. El radio del Ascendente - la horizontal izquierda - es la “proyección de potencialidades de la subjetividad a la objetividad”. En cualquier círculo
dado, se usa el mismo radio para manifestar el círculo; por lo tanto todas las cúspides de las casas en la rueda son emanaciones del radio del Ascendente y representan el desenvolvimiento de la conciencia genérica en la experiencia y la realización del ideal a través de transmutaciones y expresiones espirituales.
El Mándala que describe la estructura de la cualidad genérica es la rueda de doce casas con los signos de Aries, Cáncer, Libra y Capricornio en las cúspides de la primera, cuarta, séptima y décima casas, respectivamente. Los diámetros horizontal y vertical que se intersectan en el centro, forman la cruz de la encarnación; las líneas rectas que conectan las cúspides cardinales forman el campo evolutivo mediante el cual la humanidad tiene experiencia en relación entre sí. En este Mándala vemos la bisección de dos campos del círculo; dos diámetros creando dos pares de semicírculos. Estos diámetros representan la expresión doble de la Polaridad; aquella que genera (Capricornio-Cáncer: el diámetro de la paternidad), y la que es generada (Aries-Libra: el Ascendente y su complemento). Este mándala ilustra en símbolo astrológico, el número veintidós del Maestro. El dos es el único dígito que da el mismo resultado (cuatro) cuando se le suma a sí mismo y cuando se multiplica por sí mismo. El veintidós es el número de la maestría expresándose en la forma - es la octava superior de complementación y es significativo que todo ser humano debe realizar la experiencia evolutiva por la encarnación en ambos sexos físicos. Los cuatro signos cardinales descritos en este mándala comprenden la forma encarnada por la cual evoluciona la condición de hombre y la condición de mujer de cada ser humano a través de la experiencia de la relación y destila sus espiritualizaciones por las cuales se manifiesta el ideal. Todas las relaciones humanas - biológicas - y de alguna otra clase son derivadas de esta base arquetípica: el engendrador bipolar y el engendro bipolar.
Puesto que los trinos elementales simbolizan la espiritualización de las cualidades genéricas, nosotros derivamos nuestro espectro genérico de la relación de los signos de exaltación de los regentes de estos cuatro signos. Marte (varón engendrado y regente de Aries) está exaltado - maduro - en Capricornio, regido por Saturno, símbolo del padre; Saturno está exaltado en Libra, regido por Venus y complemento de Aries, signo de Marte; Venus, está exaltado en Piscis, tercera octava del trino de agua, el último signo en la
sucesión zodiacal y este trino está iniciado por el signo cardinal de Cáncer, regido por la Luna - símbolo de la Madre - y complemento del Capricornio de Saturno.
Por lo tanto, los signos de fuego y de tierra, como son “iniciados” por símbolos machos, son los signos machos; los signos de aire y de agua, iniciados por símbolos hembras, son los signos hembras. Comoquiera que cada ser humano, como varón o como hembra, es bipolar, nosotros reconocemos una división doble de los signos machos y de los signos hembras en masculinos y femeninos. Los signos de fuego forman la primera mitad de la mitad varón del zodíaco y por eso ellos son los signos masculinos machos; los signos de tierra siguen en sucesión (Tauro sigue a Aries), por lo tanto ellos son los signos machos femeninos. Los signos de aire iniciados por el signo cardinal Libra, regido por Venus representan la mitad masculina de los signos femeninos; los signos de agua, iniciados por Cáncer comprenden los signos hembras femeninos. De ese modo vemos el zodíaco completo representando una expresión doble de polaridad doble; desde el primer grado de Aries, el punto más masculino, hasta el trigésimo grado de Piscis, el punto más femenino.
Haga una lista de los signos en este orden y aprenda para experiencia futura.
La mitad inferior (bajo el diámetro horizontal de la rueda) está iniciada por Aries; la mitad superior está iniciada por Libra, como “reflejo” de la mitad inferior. La nota clave oculta del primer grado de Aries - punto Ascendente del Gran Mándala - es Yo Soy. En la línea del Ascendente están implicadas todas las potencialidades demostradas en el desenvolvimiento zodiacal y los contenidos de la rueda astrológica. Por lo tanto, se desprende naturalmente, que en los 30° de Aries está implicado el “contenido” de la mitad superior de la rueda. Este “contenido” está implicado simbólicamente por los últimos quince grados del signo. La “cúspide” del grado decimosexto del signo es la potencialidad del diámetro horizontal terminado de la rueda. Cuando el radio horizontal izquierdo es “desplegado” para formar un diámetro terminado, la “extensión” resulta en lo que llamamos la cúspide de la séptima casa el punto iniciador de la mitad superior del círculo.
Puesto que cualquier grado de cualquier círculo puede aparecer como Ascendente de un horóscopo, nosotros reconocemos que la división de cualquier signo en dos mitades de 15° cada una, representa un cuadro simbólico de la polaridad de ese signo embrionario, y aunque el autor no ha llegado, hasta este momento, a ninguna conclusión específica en cuanto a la diferencia significativa de los planetas colocados en los primeros quince grados de un signo y aquellos colocados en los últimos quince grados, se sugiere el cuadro que los planetas colocados en la segunda mitad de los treinta grados, si son expresados sin regeneración, son potencialidades para karma negativo mucho más “efectivo”, en el sentido que por estar en la “mitad de polaridad” del signo, sus expresiones negativas implican la posibilidad de ser reflejadas en encarnaciones futuras por otras personas con las cuales el sujeto tendrá relaciones. En otras palabras, los siguientes quince grados, por analogía, pueden denominarse como la “mitad femenina” del signo. “Femenina” significa “reflexiva”. Por lo tanto, si queremos evitar sufrimientos futuros a través de las reacciones dolorosas a los otros, es nuestro deber regenerar los planetas así ubicados, implicándose que en el futuro (desenvolvimiento en Tiempo-Espacio) esas vibraciones planetarias enfocarán nuestros patrones de relación complementarios y “recobraremos mucho más eficazmente de los otros lo que hemos servido esta vez”.
Divida cada casa de un Gran Mándala en dos partes iguales; coloque sus posiciones planetarias natales en esta rueda y busque en qué mitad de su signo caen los planetas.
Quizás usted como estudiante inquisidor puede llegar a una conclusión sobre esta materia.
Si usted tiene cuadraturas u oposiciones entre planetas colocados en los últimos quince grados de sus signos, ¿Se siente usted más sensible a personas que expresan cualidades negativas representadas por esos planetas que lo que usted se siente a aquellas que reflejan negativamente los planetas de los “primeros quince grados”. ¿Se siente usted que con un análisis cuidadoso puede determinar si los planetas de los primeros quince grados le dan mayor libertad de expresión directa que los planetas de los últimos quince grados?. Analice sus cuadraturas y oposiciones planetarias desde este punto de vista y vea si el patrón de polaridad implicado le ayuda a esclarecer sus capacidades de expresión.

LOS CUADRANTES:

En el Gran Mándala la subdivisión de la primera casa - y el signo de Aries - en cuatro cuadrantes de 7-1/20 cada uno pinta el “estado embrionario” de la cruz cardinal.
Aplicando la Ley de Correspondencia relacionamos esta división de un signo con la división cuádruple de la rueda completa. Comenzando con Aries y “desplegando” la rueda en la dirección de las agujas del reloj, encontramos que cada cuadrante subsiguiente está iniciado respectivamente por Cáncer, Libra y Capricornio.
La subdivisión de un signo en dos secciones de quince grados cada una sea aplicable particularmente al estudio de los aspectos de oposición y de todo patrón complementario en general. La subdivisión de un signo en cuadrantes, sin embargo, se aplica al análisis de los aspectos de cuadratura, puesto que todo aspecto de cuadratura es, teniendo en cuenta el orbe, un patrón de relación de 90° y cada cuadrante de la rueda es una división de 90°. La división en cuadrantes (por grados y minutos) representa de cero a siete grados, treinta minutos; de siete grados, treintiún minutos a quince grados; de quince grados, un minuto a veintidós grados, treinta minutos; de veintidós grados, treintiún minutos, a veintinueve grados, cincuentinueve minutos. El siguiente “paso” nos lleva a cero del signo siguiente.
Hay tres “cruces” implicadas en la estructura de los doce signos: cardinal, fija y mudable. En el desenvolvimiento del ciclo desde el Ascendente del Gran Mándala, las tres cruces aparecen cuatro veces, en los cuatro cuadrantes de la rueda: Aries, Tauro, Géminis; Cáncer, Leo, Virgo; Libra, Escorpión, Sagitario; Capricornio, Acuario y Piscis. Cada “iniciación” cardinal es una nueva forma de decir Yo Soy - como extensiones del Yo Soy básico de Aries; cada cruz representa un patrón de crecimiento y desarrollo a través de la experiencia en la expresión doble de la polaridad doble; nosotros evolucionamos a través de fases de recibidores de Vida y dadores de Vida varones y hembras. Las “cruces” representan simplemente los procesos por los cuales destilamos sabiduría de nuestras experiencias y desenvolvemos los recursos internos de amor hacia el logro de la realización del ideal. Como quiera que, en un horóscopo calculado correctamente, cada planeta está colocado donde está, por el legítimo proceso de la Ley, debe haber una clave valiosa en la ubicación de los planetas por cuadrante. Cada signo individual del zodíaco tiene su regente planetario particular, como enfocador básico de la cualidad genérica del signo. Pero como los treinta grados representan una sucesión de cualidad de signo y debido a que la Ley de Correspondencia se aplica a la estructura astrológica, así como a cualquiera otra manifestación, consideremos la ubicación de planetas por cuadrante en términos de regencias secundarias. El primer cuadrante de un signo mudable está regido por el regente planetario del signo; el segundo cuadrante está regido secundariamente por el planeta que rige al siguiente signo de esa cruz; el tercer cuadrante está regido secundariamente por el planeta que rige al siguiente signo de la cruz y el cuarto cuadrante está regido secundariamente por el siguiente. Por ejemplo:

Capricornio: Regente principal: Saturno.
Capricornio es el signo cardinal.
Primer cuadrante: regente secundario Saturno.
Segundo cuadrante: Marte - regente de Aries.
Tercer cuadrante: La Luna - regente de Cáncer.
Cuarto cuadrante: Venus - regente de Libra.
Leo: Regente principal: el Sol.
Leo es un signo fijo.
Primer cuadrante: el Sol - Regente de Leo.
Segundo cuadrante: Plutón - regente de Escorpión.
Tercer cuadrante: Urano - regente de Acuario.
Cuarto cuadrante: Venus - regente de Tauro.
Piscis: Regente principal: Neptuno.
Piscis es un signo mudable.
Primer cuadrante: Neptuno - regente de Piscis.
Segundo cuadrante: Mercurio - regente de Géminis.
Tercer cuadrante: Mercurio - regente de Virgo.
Cuarto cuadrante: Júpiter - regente de Sagitario.

Note que la extensión del primer y tercer cuadrantes y del segundo y cuarto cuadrantes han de representar dos aspectos de polaridad; este compuesto de polaridad está representado en la rueda horoscópica como los dos diámetros de cada cruz. Préstele consideración cuidadosa a sus aspectos de cuadraturas y a los planetas envueltos con respecto a las regencias secundarias; los regentes secundarios actúan como “azafatas” o como “hombres de confianza” para los regentes primarios y su influencia es efectiva en el análisis de las cualidades de expresión planetarias.

LOS DECANATOS:

En el estudio de los decanatos llegamos al análisis de cada signo desde el punto de vista de sus potencialidades espirituales. Así como las tres cruces de cuatro signos cada una son “desenvueltas” del Ascendente del Gran Mándala, del mismo modo los cuatro trinos genéricos de tres signos cada uno son “desenvueltos” del Ascendente. Las divisiones del 15° y 7 1/2° prosiguen como “desenvolvimiento” de experiencia - a través del zodíaco en dirección contraria a las agujas del reloj desde el Ascendente; el cuadro demostrado es el de la Humanidad moviéndose a través de sus patrones de experiencia por el sendero “hacia adelante y hacia arriba” - de nivel a nivel, siempre ascendiendo por medio de los procesos evolutivos. No obstante, en el ciclo de los trinos genéricos, el sendero es la dirección de las agujas del reloj - y este no es un movimiento “cíclico”.
Es una evaluación de los poderes zodiacales desde el punto de vista de la potencialidad espiritual. Como vimos antes en esta disertación, está basado en los puntos de exaltación de los planetas que rigen los signos de la estructura - los signos cardinales.
La potencialidad espiritual de la cualidad genérica de cada signo zodiacal es triple; las palabras claves arquetípicas son 1) Poder; 2) Amor y 3) Sabiduría. La segunda y la tercera de estas octavas son las perfecciones emocional y mental por las cuales el poder esencial de cada signo cardinal es liberado, en expresión transmutada. Los decanatos de cada signo son la división del signo en tres grupos de 10° cada uno. El segundo y tercer decanatos de un signo simbolizan el estado embrionario de las potencialidades del Amor-Sabiduría; estas potencialidades se expresan en la rueda por medio de los dos signos que corresponden al decanato; ellos son los otros dos signos del mismo elemento como el cardinal particular. En los signos fijos y mudables vemos en acción la Ley de Correspondencia y el Principio de Recapitulación y de ese modo podemos atribuirle a cada decanato su corregente apropiado de la manera que sigue:

Signos de Fuego:

Primer decanato: Aries - Marte;
Segundo: Leo - Sol;
Tercero: Sagitario - Júpiter.

Signos de Tierra:

Primer decanato: Capricornio - Saturno;
Segundo: Tauro - Venus;
Tercero: Virgo - Mercurio.

Signos de Aire:

Primer decanato: Libra - Venus;
Segundo: Acuario - Urano;
Tercero: Géminis - Mercurio.

Signos de Agua:

Primer decanato: Cáncer - Luna;
Segundo: Escorpión - Plutón;
Tercero: Piscis - Neptuno.

La Ley Hermética de Correspondencia está bellamente demostrada, particularmente, por un ejemplo de este análisis de decanato. El segundo decanato de cada elemento es el decanato de “signo Fijo”, Cuando extendemos los tres decanatos de cada elemento a la rueda de doce signos, vemos que los decanatos de signo fijo se convierten en el punto medio de cada cuadrante de la rueda. El “medio del signo” se convierte por correspondencia en el “medio del cuadrante del círculo”. El punto medio de cada signo fijo de la casa (Tauro, Leo, Escorpión, Acuario) (Segunda, quinta, octava, undécima) cuando se conecta por líneas rectas se convierte en el símbolo del aspecto de cuadratura - el archisímbolo de la congestión; puesto que el decanato fijo de cada signo es el decanato del Amor, vemos cómo el mándala astrológico señala claramente hacia la liberación espiritual de las congestiones emocionales: la de la expresión de la conciencia del amor. Cada signo (no importa su cualidad genérica) alcanza su vértice de compresión en el punto medio - la unión de los grados decimoquinto y decimosexto. Esta unión está exactamente en el medio del segundo decanato. El decanato cardinal - los primeros diez grados de cualquier signo - lleva a cabo, por la Ley de Correspondencia, el atributo de los “comienzos” de los signos cardinales según ellos representan los “puntos culminantes” básicos en el progreso a través de la rueda. Los terceros decanatos (los últimos diez grados) realizan la “cualidad transicional de los signos mudables, puesto que después que ha sido pasado el punto medio del signo, las “energías” empiezan a “retirarse” de la cualidad básica del signo y a acercarse a la modulación al signo siguiente. Por tanto los signos mudables del zodíaco forman los puntos de transición de un cuadrante de 90° al cuadrante siguiente.
Usted preguntará ¿De qué valor práctico es todo esto?. Y usted tiene el derecho de preguntar. Cuando recordamos que “todo problema contiene su propia cura” podemos estudiar los planetas afligidos y congestionados desde el punto de vista de su ubicación por cuadrante del signo y decanato del signo y extraer de esa información muchísimo que nos enseñe sobre las posibilidades inherentes para regenerar la expresión de ese planeta. Por ejemplo: un planeta congestionado en el grado veintiséis de Capricornio; este planeta está en el cuadrante de Libra regido secundariamente por Venus; está en el decanato de Virgo, regido secundariamente por Mercurio. Su ubicación en el cuadrante de Libra (cuarto cuadrante de Capricornio) es análoga a la relación entre Capricornio y Aries en el Gran Mándala - siendo Capricornio el cuarto cuadrante de Aries; la palabra clave es cumplimiento de responsabilidad; la sub-vibración de Libra transmite “armonización de relación” a través del balance y el recto intercambio. El decanato de Virgo (la tercera octava - Sabiduría) del trino de tierra nos dice que el propósito espiritual de las experiencias representadas por el planeta congestionado es el desenvolvimiento de mayor comprensión; la persona debe estar ansiosa de aprender de su experiencia en este asunto; al grado que ella trate de aprender, de mantener una mente libre y receptiva a la instrucción y guía, utilizará su recurso espiritual para disolver la congestión. Si la persona, por falso orgullo, terquedad, etc., cierra su mente a la orientación, cerrará la puerta hacia su desarrollo; la armonización de relación no podría establecerse y la congestión se intensificaría.
Ejemplo: Un planeta congestionado en el noveno grado de Leo (Fijo de Fuego - regido por el Sol). Este grado está en el cuadrante de Escorpión de Leo (segunda división de 7 1/2°) y en el decanato de Aries (los primeros diez grados). Como el planeta es aludido como “congestionado” y está en un signo fijo, nosotros reconocemos que la congestión es intensa, por estar en un signo fijo y en el cuadrante de Escorpión. Escorpión, en relación
con Leo, es análogo a Cáncer en relación con Aries en el Gran Mándala; esta relación es “congestión en la relación de familia”, “apego al hogar”, “complejo paternal” y (posiblemente) congestión del recurso del Amor por las exigencias de la naturaleza de deseo sexual. No obstante, este punto está en el decanato de Aries - primer decanato de un signo de fuego - y la espiritualización de la vibración de Marte es el valor. Semejante
persona encontrará que el esfuerzo subjetivo y el darse cuenta de sus derechos individuales servirán de liberación de poder para disolverle las congestiones al planeta Leo. La regencia principal de Leo por el Sol hace de una actitud positiva una “necesidad imprescindible” en la brega con estos problemas.
Y así sucesivamente - con otros patrones congestionados. Relacione el decanato y el cuadrante con la representación abstracta del Gran Mándala y encontrará que toda variación de “problemas” que se encuentren en los mapas de seres humanos contienen, por su ubicación, una pista directa para las soluciones vibratorias. Las expresiones de poderes planetarios por medio de las implicaciones espiritualizadas de los signos es la señal de “siga adelante” para los procesos evolutivos y el desenvolvimiento armonioso de las potencialidades.

del libro " Estudios de Astrología IX ", de Elman Bacher

en you tube, aqui

*

LA LUZ - PRIMERA PARTE - en you tube -


CAPÍTULO IV

LA LUZ

La iluminación es siempre un acto revelador. No significa, como algunos suponen, dar algo nuevo al asunto en consideración ni aún a la persona que lo está considerando. Es siempre un acto por el cual la verdad del asunto en consideración puede ser lograda relativamente con mayor claridad. Tal realización jamás puede ser “dada” por una persona a otra, porque la realización es siempre una experiencia subjetiva; la persona que la experimenta lo hace solamente cuando está acondicionada apropiadamente y en su momento oportuno. Su acondicionamiento adecuado y su hora - la sincronización del anhelo por la Verdad con la capacidad para utilizar lo que se ha realizado - le hace posible reaccionar al estímulo de otra persona o a una experiencia de tal forma que su conciencia del asunto considerado se haga accesible a un grado relativamente superior de la Verdad.
Podemos decir que en ese momento la persona ha “ganado más sabiduría acerca del asunto” - su conciencia de la naturaleza de tal asunto es entonces más sabia de lo que era.
En estos tiempos de indagación creciente en todas las facetas de la experiencia y del funcionamiento humanos, no es sorprendente en realidad que mucha gente por todo el mundo esté abriendo sus mentes a realizaciones más claras sobre la naturaleza de la ciencia de artes ocultas llamada “astrología”. Esta serie de artículos bajo el título general de la Luz, de la cual esta es la primera disertación, es ofrecida a estos, investigadores con la esperanza de que aquellos que ya están “acondicionados adecuadamente y a tiempo oportuno” hallarán, mediante la lectura cuidadosa, la experiencia de lograr cuadros más claros de lo que es la astrología verdaderamente y cómo el conocimiento de su naturaleza puede ser utilizado más constructiva y filosóficamente. Su propósito es completamente consistente con su naturaleza - su propósito es iluminar y su naturaleza es la presentación simbólica de la conciencia evolutiva de la Humanidad, “en masa” o individualmente.
A veces nos damos cuenta más intensamente de una cosa por la consideración de lo que la cosa no es. Básica y esencialmente la astrología no es un estudio de eventos; no es un estudio de las “personas en su vida”; no es una superstición aunque muchos la han usado en tales formas que dan evidencia de su temor supersticioso a la vida y a la experiencia; no es ciertamente un estudio de “mala o buena suerte”; su propósito principal no es determinar la hora de los eventos pasados o futuros y - dadle gran consideración a esto - no es un “estudio de las estrellas”.
Los “no” de la astrología mencionados arriba muy bien podrían referirse como los “nudos” en los conceptos de la mayoría de las personas sobre astrología. Dos de ellos se basan en la mentira, los otros contienen suficiente contenido de conocimiento o de sabiduría para hacer la astrología de utilidad constructiva - pero solamente cuando el que la practica está motivado por altos ideales de auxilio a los otros; y cuando es la clase de persona que está siempre lista para considerar nuevas revelaciones de la verdad astrológica.
Ninguna persona encarnada ahora capacitada para usar el conocimiento astrológico es “nueva en el asunto”; todas esas personas están recapitulando conocimiento del tema obtenido en vidas pasadas y en justicia a ese esfuerzo del pasado, ahora se requiere esfuerzo para desenredar los “nudos” de conceptos congestionados, supersticiones y medias verdades mediante la expansión de la mente y el incremento de la “voluntad de la Verdad”.
El nombre de esta ciencia - arte que contiene la clave de lo que ella es verdaderamente; vamos a analizarla para uso continuo durante la lectura asidua de estas series.
El “astr” de astrología es una de muchas palabras raíces derivada de lenguajes antiguos que tiene significación esotérica y exotérica. Exotéricamente se refiere a “estrella” y en esta connotación la astrología sobreentiende que es el estudio de la influencia en el carácter y destino humanos ejercida por las estrellas en los cielos, como si nosotros los humanos “tuviéramos que hacer lo que las estrellas nos mandan a hacer, a ser, a pensar, o a desarrollar”. Tal concepto irracional de la “influencia estelar” tiene el efecto desintegrador de intensificar los temores del hombre concerniente al “destino”, así como a sus propias debilidades e ignorancia. En el plano del ejercicio Intelectual aún los acercamientos más exotéricos pueden ser de ayuda en cuanto a familiarizar a las personas con un grupo particular de símbolos y el estudio de las palabras claves interpretadoras de estos símbolos conduce al entrenamiento de la facultad del pensamiento abstracto. Pero debido a que el conocimiento sin uso no es la razón de ser de la astrología, debemos mirar más hondamente la palabra en sí para lograr las verdades de su propósito.
Esotéricamente la “astr” de astrología se refiere a la luz. El hombre ha considerado desde edades innumerables las estrellas en los cielos, como símbolos de luz purísima. El astrónomo estudia los cuerpos celestes en términos de la distancia entre ellos y nosotros, de su tamaño, peso, densidad y relaciones recíprocas espaciales. El astrólogo estudia lo que estos cuerpos celestes simbolizan como luces de conciencia.
Asimismo, hay esotéricamente las connotaciones para la palabra “luz”. Una es esa forma de luz que hace posible la percepción visual a los que están encarnados. En términos de la vida manifestada, la luz es un poder creador, un atributo de todas las cosas manifestadas que poseen una potencialidad creadora o manifestadora. Pero antes que esa luz pueda “ser”, tiene que haber aquello que crea la luz visual y eso es la luz de la conciencia. La conciencia creadora de lo que llamamos “vida” (por falta de una palabra más específica), por medio de la conciencia creadora “reducida” de logos galácticos y solares - todos los cuales están evolucionando - origina cualquiera y todas las formas y grados de luz que pueden percibirse por todo el mundo manifestado. En otras palabras, la luz perceptible es la polaridad negativa, la reflexión manifestada del atributo creador positivo - la conciencia. Los primeros versículos del libro del Génesis manifiestan: “Dios dijo, Sea la luz y fue la luz”. Ya sea que uno crea que la palabra “Dios” se refiere a la esencia cósmica creadora o a la voluntad y la mente creadora de un logos solar, no importa en esta conexión; lo que se quiere considerar es que la conciencia del poder creador fue establecida y que la luz fue el primer gesto del acto creador. Las “tinieblas” aludidas se refieren al estado de la vida sin forma que nosotros llamamos “caos”. “Caos” no significa “la nada” como algunos creen, sino la esencia única de la vida que ha de ser utilizada por las voluntades y mentes creadoras para la manifestación. La luz manifestada es la proyección en la manifestación de la inteligencia creadora. La conciencia es ese grado de darse cuenta - iluminación - del poder que es el requisito principal de la acción creadora.
Un logos solar está consciente del poder de crear - de manifestar - a través del establecimiento de un cuerpo central - “el sol” - y la emanación de otros cuerpos - “los planetas” que en su totalidad comprenden su campo de evolución. El logos evoluciona a través de la evolución de sus miríadas de olas de vida y de formas que habitan los cuerpos planetarios; el macrocosmo y el microcosmo son dependientes uno de otro - la evolución de cada uno sirve y es concurrente con la evolución del otro. Por el atributo de la conciencia y la facultad de elección, los humanos ejercen su potencialidad creadora de adelantar su evolución. Nosotros los humanos no somos “creadores”; pero, como tenemos el poder de la regeneración consciente, revelamos la potencialidad de la creación. Así como nuestro Logos solar - Dios es, “asimismo nosotros estamos, destinados a llegar a ser a través del desenvolvimiento de la conciencia de nuestra verdadera identidad y correspondientemente, de nuestros poderes. Si, entonces, la astrología no es un “estudio de las estrellas”, sino un estudio en símbolos arquetípicos de la conciencia, podemos despojarnos de nuestros acrecentados conceptos falsos sobre el asunto y buscar en los horóscopos - los nuestros particularmente - lo que ellos son realmente y para lo que son.
La aseveración que la astrología es el estudio de la influencia del Sol, la Luna, y los planetas sobre nosotros - como humanos individuales o colectivos - no es falsa; pero, para nuestro propósito hay otro acercamiento al asunto que va más hondo y por lo tanto debe ser considerado. Hasta donde el “efecto de los planetas en los humanos” concierne, diremos que la astrología es el estudio de las correspondencias entre los poderes vibratorios planetarios y nuestros poderes reales o potenciales. Nosotros, como humanos, estamos relacionados fraternalmente con todos los otros humanos como expresiones del mismo arquetipo en este planeta. También somos - pero más indirectamente - fraternales a todas las expresiones de vida en este planeta. Nuestra morada - la Tierra - es el cuerpo manifestado de un Ser, que en su octava de funcionamiento, es fraternal a los Regentes planetarios de nuestro sistema solar; por tanto, en miríadas de niveles de correspondencia, todos en este sistema estamos relacionados mutuamente. Y, todos somos las ideas manifestadas de nuestro Creador - nuestro Logos Solar - el “Padre-Madre-Dios”. Puesto que los planetas de nuestro sistema son la incorporación de Seres cuya conciencia de la vida los capacita para ese ministerio y cada uno tiene su función evolutiva particular y efecto en el sistema total o en cualquier factor de éste, nosotros, como humanos y estudiantes de astrología, estudiamos nuestros horóscopos para darnos cuenta de niveles de conciencia de vida más elevados a través del conocimiento o del darnos cuenta de nuestras potencialidades en correspondencia con las cualidades y significación de aquellos seres cuya conciencia provee estructura y patrón a nuestro sistema. Los símbolos astrológicos del Sol, la Luna y los planetas, designan lo que llamamos “regencia” de parte de nuestros cuerpos, cualidades de la personalidad y el carácter, los principios inherentes en nuestras capacidades para la expresión y la reacción y las calificaciones vibratorias de nuestras experiencias y relaciones. Todos estos factores son, considerados juntos o individualmente, para el único propósito de ampliar y purificar la conciencia - “iluminándonos” o sirviéndonos para hacer el yo más consciente de la luz del Yo - y el Yo es el Espíritu que identifica el parentesco y la unidad del hombre con su Creador.
A fin de establecer un acercamiento o entendimiento nuevos, se ha encontrado de gran utilidad que se deje de hablar del asunto bajo consideración en los patrones habituales que quizás uno ha usado por largo tiempo. Hay varios “clisés” que los estudiantes de astrología han aprendido y usado y, para el desenvolvimiento más extenso de una conciencia de “Astro-Luz”, podríamos poner en práctica algunas palabras y referencias nuevas. Por ejemplo:
Encontramos muy fácil y natural decir, con relación al horóscopo de una persona:
“Esta persona tiene un Urano malo”. Fíjese en esa manifestación por un momento con miras a hacerse más consciente de lo que dice. En primer lugar, nadie puede “tener” ningún planeta; en segundo lugar, ningún planeta es “malo”. ¿Cómo podría ser malo siendo una creación divina?. Revisemos esto: “La conciencia de esta persona sobre los principios simbolizados por Urano está congestionada, desorganizada, inmadura o sin evolucionar”.
No decimos por tanto, que la persona es mala, perversa o desafortunada. Simplemente queremos decir que su desarrollo - a través de quién sabe cuánto tiempo - no ha incluido gran atención regeneradora a los aspectos del Espíritu que están caracterizados por el símbolo planetario de Urano; queremos decir que tiene reserva de experiencia considerable en crecimiento y desarrollo e integración por llevarse a cabo en ese punto. Pero eso no la hace mala, perversa, ni aún desafortunada - significa simplemente que ella tiene que realizar un desenvolvimiento especial en su llegar a ser evolutivo. El horóscopo es registro simbólico de conciencia - no es un cuadro de tinieblas estáticas, sino que su gran valor estriba en representar las esencias de las misiones de vida de la persona y su estado relativo de evolución.
Decimos con frecuencia: “Esta ubicación de Saturno y este aspecto con Saturno hace de esta persona un miserable”. ¡Deténgase un momento!. Toda la hueste celestial en conjunto no puede hacer de nadie un avaro. El registro de Saturno en el horóscopo pinta una acción de la conciencia de la persona - o la falta de conciencia-respecto a la posesión de bienes materiales. La avaricia es un desequilibrio en la conciencia - atención excesiva a la adquisición para contrarrestar un temor a perder, profundamente arraigado. Suprima esta actitud injusta hacia Saturno - él se esfuerza en enseñarnos lecciones importantes y una de ellas es el uso inteligente de los medios materiales. El dice “Mi naturaleza corresponde a su potencialidad de aprender - entre otras cosas - a usar la substancia y medios naturales inteligentemente”. “Hasta tanto usted admita en su conciencia el darse cuenta de este principio para su propia elevación, tendré que hablarle a través de su temor a la pérdida; cuando usted aprenda a usar en forma balanceada, el poder particular de conciencia que yo simbolizo, usted sabrá que he sido siempre su amigo y su maestro. Convenga con lo que yo represento como poder y cualidad de conciencia y su acercamiento a su propia Maestría será adelantado en libertad y regocijo; usted sabrá entonces que no tiene que culparme más por sus temores e inseguridades”.
Decimos a veces con cierto ardor de envidia: “¡Qué hombre afortunado!. Tiene algo en trino con Júpiter”. Júpiter nos responde con una sonrisa en su forma bondadosa y comprensiva y nos dice - tal vez un poco triste por nuestra envidia: “Me han llamado frecuentemente el planeta de la abundancia y la buena fortuna - permítanme recordarles que yo simbolizo simplemente vuestra propia conciencia de vuestro poder de mejorar, de engrandecer y ampliar su naturaleza y sus condiciones; ustedes no reciben nada de mí - ustedes expresan mi principio de ampliación y expansión por medio del optimismo, la bondad, la generosidad y la audacia; lo que usted da en expresión, eso atrae hacia usted; si vuestra conciencia de mí se revela a través del desajuste de la extravagancia, la gratificación, el falso orgullo o la avaricia, yo no puedo registrar regeneradoramente en su mapa, porque usted en su conciencia de mí no ha calificado para tal registro como lo ha hecho este hombre. No puede envidiar su desarrollo. Mi principio les sirve a todos. Tómelo en su conciencia de la vida, hágalo suyo por medio de la buena acción y su conciencia desplegará tarde o temprano, el darse cuenta y la manifestación de esa forma particular de la Luz que yo represento”.
Y así sucesivamente - con cada uno de los otros puntos planetarios. En conclusión, debemos considerar otro punto por su significación especial en nuestro horóscopo - el símbolo del Sol mismo.
El autor sugiere que cada estudiante de astrología bien inclinado, inaugure la práctica de colocar el símbolo tradicional del Sol - el punto circunscrito por un círculo - en el centro de cada horóscopo; este símbolo es por correspondencia el símbolo de nuestro Creador, nuestra propia esencia espiritual, nuestro átomo simiente, la voluntad de vivir eterna e indestructible, que caracteriza a la conciencia a través de todo el tiempo y el espacio. Este es el símbolo construido con mayor sencillez, enfocado con mayor perfección y el de mayor pureza arquetípica de todos los símbolos astrológicos - es apropiado que se use para designar la conciencia Humana de la Fuente Divina, la Identidad y el Atributo.
Otro símbolo - el autor sugiere un semicírculo pasando sobre una línea horizontal - puede ser utilizado legítima y efectivamente cama el Sol en el horóscopo, como “factor planetario” - regente del signo fijo de fuego - Leo. Como este símbolo está sujeto a formar patrones y aspectos, calificaciones y movimiento como en cualquier otro símbolo planetario, podría estudiarse para representar la evolución de la conciencia de la naturaleza Solar del individuo. La apariencia del símbolo Solar circular (el “Símbolo del Espíritu”) corresponde a la apariencia del círculo del horóscopo - ambos centralizados por el mismo punto. El “símbolo Solar planetario” corresponde en apariencia con el semicírculo superior del horóscopo, la línea horizontal corresponde con el diámetro horizontal del horóscopo - el “Yo Soy” de la conciencia del individuo y la complementación del Ascendente por la cúspide de la séptima casa. Este símbolo sugiere además, como imagen, la salida del Sol en el amanecer - y su uso en el horóscopo es recordarnos nuestra conciencia de los atributos solares que estamos tratando de desenvolver por medio de nuestra experiencia evolutiva.

del libro " Estudios de Astrología IX ", de Elman Bacher



*